Mendoza, un destino imperdible para los amantes del vino

Con el Malbec, Cabernet Sauvignon y Chardonnay como sus variedades insignia, Mendoza se ha consolidado como una de las regiones vitivinícolas más importantes del mundo. Su legado en la producción de vino está sumado a impresionantes paisajes y una rica cultura.

Para producir un vino de excelente calidad es necesario cumplir diferentes condiciones: una altitud óptima que propicie climas frescos y soleados, suelos fértiles y una amplia gama de uvas, más el aporte de enólogos expertos y la aplicación de técnicas de vinificación de vanguardia. La unión de todos estos elementos da como resultado un paisaje de singular belleza y un rico patrimonio cultural, la combinación perfecta para un destino turístico encantador.

Al pie de la Cordillera de los Andes, Mendoza es una muestra perfecta de lo anterior. La región ofrece una combinación única de paisajes, cultura, gastronomía e historia, maridada con los potentes sabores de sus vinos que lo convierten en un destino llamativo por explorar, y UGA Turismo puede ser el aliado perfecto para ello.

Con el conocimiento de primera mano del producto, la mayorista ha curado un itinerario que les permitirá a los viajeros disfrutar de los aromas y sabores del destino. Desde restaurantes de renombre donde degustarán los mejores cortes de la región hasta visitas a bodegas de prestigio como Domaine Bousquet y Casa Vigil, cada etapa está pensada para deleitar a los visitantes. Como broche de oro, una excursión al Parque Provincial Aconcagua permitirá disfrutar de la imponente belleza de la Cordillera de los Andes. Además de este itinerario, la mayorista también ofrecerá salidas rotativas, ideales para un viajero solo o grupos completos, para brindarle mayor flexibilidad a los viajeros.

¿Y cuándo viajar? Cada estación del año trae una vivencia distinta. En verano (21 de diciembre al 21 de marzo), los viñedos y frutales están llenos de vida, lo que permite probar frutas frescas y realizar actividades de aventura en un clima cálido; en otoño (21 de marzo al 20 de junio) los viñedos se tiñen de ocre y se forma un colchón dorado con las hojas que caen, la temperatura es fresca y cómoda para caminar y visitar atractivos; el color blanco se toma la región en invierno (21 de junio al 20 de septiembre) y una copa de vino tinto es la mejor forma de mantener el calor, al igual que los tours de alta montaña para ver paisajes inolvidables; y en primavera (21 de septiembre al 20 de diciembre) el destino se llena de magia, pues las plantaciones reverdecen y las bodegas tienen una amplia disponibilidad para visitas.

Con más de 800 bodegas y una oferta enológica que abarca desde los clásicos Malbec hasta varietales más experimentales, Mendoza se presenta como un destino soñado para cualquier amante del vino. Aunque cinco días son ideales para sumergirse en esta cultura vitivinícola, incluso en tres días es posible disfrutar de una experiencia inolvidable. Degustaciones, visitas guiadas, maridajes y paisajes únicos harán de este viaje un recorrido por los sentidos.

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