El Castillo de Villers-Cotterêts ahora es La Ciudad Internacional de la Lengua Francesa
El Castillo de Villers-Cotterêts, no es un castillo cualquiera. Este monumento que ha sido renovado bajo la aprobación del Centro de Monumentos Nacionales fue transformado en un lugar cultural único: La Ciudad Internacional de la Lengua Francesa. A continuación, cinco actividades para disfrutar en este lugar de descubrimiento y aprendizaje que abrió sus puertas al público el pasado primero de noviembre.
1. Jugar con las palabras
La exposición permanente de la Cité internationale de la langue française es una aventura lúdica, compuesta por unos 150 objetos, documentos y obras de arte y unos 60 dispositivos interactivos repartidos en 15 salas, que llevan al visitante al corazón de la infinita riqueza del idioma global que es el francés.
Los visitantes pueden descubrir los ‘mots-valises’ (palabras) de Stromae mientras escuchan sus canciones, contemplar el viaje de ciertas palabras al francés a través de una proyección de 360 grados en el interior de una cúpula, escuchar al rey Francisco I o a Juana de Arco, y encontrar el libro perfecto en una ‘biblioteca mágica’.
2. Admirar un patrimonio arquitectónico único
Este castillo, apreciado por los reyes de Francia, revela hoy una decoración de valor incalculable, típica del primer Renacimiento francés. Esculturas, ventanas ajimezadas, torres defensivas heredadas de la Edad Media, hacen parte de este importante recinto.
3. Asistir a un espectáculo en directo bajo el gran techo de cristal
Al interior de La Ciudad Internacional de la Lengua Francesa, el patio del Jeu de Paume, se ha transformado en un espectacular atrio. A diez metros de altura, un inmenso techo de cristal con una malla en forma de rombo, que recuerda los motivos renacentistas, crea un ‘cielo léxico’ en el que cuelga una increíble variedad de palabras, desde argot hasta expresiones regionales y formas más literarias.
Es un tesoro que se puede admirar día y noche, no sólo durante la visita, sino también durante los espectáculos. Literatura, artes escénicas, artes visuales y arte digital, conforman la oferta cultural que es tan atractiva como la propia lengua francesa.
4. Explorar una tierra de grandes escritores de la lengua francesa
El escritor Alejandro Dumas, uno de los grandes exponentes de la literatura francesa, así como Jean de La Fontaine, reconocido por sus famosas fábulas, Jean Racine, gran autor de teatro clásico, y Paul Claudel, poeta, escritor y hombre de teatro, son reconocidas figuras de la lengua francesa y tienen algo en común: nacieron y a menudo crecieron en la región de Villers-Cotterêts, en Altos de Francia, un lugar ideal para explorar sus mundos literarios.
5. Respirar aire puro en un entorno natural
Después de haber pasado por un largo recorrido cultural, podrás darte una recarga de naturaleza en los terrenos del Castillo de Villers-Cotterêts y el vecino bosque de Retz, clasificado como bosque de excepción, una distinción que sólo comparten 15 bosques en Francia.
A pie, a caballo o en bicicleta, podrás explorar sus 13.000 hectáreas en busca de los árboles más notables. Se dice que uno de los robles más viejos tiene 365 años. Hay una docena de rutas de senderismo, entre ellas un paseo literario de 14 kilómetros en compañía de Catherine Blum, la heroína de la novela homónima de Alejandro Dumas, considerada la primera novela negra francesa.
Próximamente, una ruta ciclista de 30 kilómetros unirá también el bosque de Retz con el Castillo de Pierrefonds, restaurado en el siglo XIX por el célebre arquitecto Viollet-Le-Duc, y el Castillo de Compiègne, joya del neoclasicismo francés.