Cuatro lugares mágicos para disfrutar en Boyacá
Este departamento es uno de los más multifacéticos de Colombia y ofrece a los viajeros aventuras y paisajes únicos. Te contamos más detalles de las actividades que puedes realizar en lugares como Duitama, Paipa y Villa de Leyva para disfrutar de su riqueza gastronómica y cultural.
Visitar Boyacá puede convertirse en una experiencia inolvidable que traerá gratos recuerdos, pues el departamento es uno de los más destacados de Colombia por su riqueza cultural y gastronómica.
En este departamento los viajeros podrán encontrar una amplia oferta de actividades para realizar y lugares para visitar. A continuación te contamos de cuatro lugares mágicos y sus características más representativas.
En Duitama, el tejido y las ruanas se visualizan como elementos centrales de la rica cultura boyacense, que reflejan la tradición, la habilidad artesanal y la identidad de esta región. El tejido en Boyacá tiene una larga historia que se remonta a tiempos ancestrales, pues durante siglos, las comunidades indígenas de la región han practicado el arte del tejido, utilizando técnicas transmitidas de generación en generación.
En Ráquira, donde las artesanías y la arcilla son elementos esenciales que dan vida a este encantador destino de Boyacá. Conocida como la «Ciudad de las artesanías», es famosa por su comunidad de artesanos que trabajan con habilidad y pasión la arcilla para crear hermosas piezas de cerámica y alfarería. Incluso, los turistas tienen la posibilidad de aprender sobre esta tradición ancestral en talleres dictados por locales.
Villa de Leyva es una experiencia sublime en cuanto a gastronomía, especialmente las milhojas, ya que la textura crujiente de las capas de masa se mezcla perfectamente con la suavidad y dulzura del arequipe. Además, se pueden encontrar en numerosas panaderías y cafeterías en el centro histórico del pueblo.
En Paipa, la exquisitez es imperdible cuando se habla de quesos, cada mordisco de este manjar es una celebración de la pasión y el trabajo duro de los productores locales, que se esfuerzan por mantener viva esta tradición centenaria y ofrecer productos de la más alta calidad a los amantes del queso en todo el mundo.
