Descubre cinco pueblos playeros en Florida

El destino de Estados Unidos suele sorprender a los viajeros con una oferta turística para todos los gustos, más allá de sus atractivos icónicos más famosos.

Conocido como el “Estado del sol”, Florida es uno de los destinos más apetecidos por los viajeros colombianos. Ya sea en Miami, con sus rascacielos y sofisticadas playas u Orlando con sus parques temáticos de clase mundial, Florida siempre está en la mente del vacacionista latinoamericano.

Sin embargo, más allá de sus ciudades y atractivos más famosos, este Estado esconde una diversidad de alternativas que tienen el potencial de sorprender a muchos visitantes. En esta ocasión, por ejemplo, hablaremos de pequeños pueblos playeros. ¿Pueblos? ¡Efectivamente! el moderno Estado del sur de Estados Unidos alberga pequeños y tranquilos poblados ideales para relajarse junto al mar.

Pueden no ser tan conocidos, pero existen pequeños pueblecitos playeros en cada rincón de Florida, cada uno con su personalidad propia. Aquí presentamos cinco de los más atractivos.

El primero es Fernandina Beach, un pueblo con casas de la época victoriana, edificios de ladrillos y robles con musgo. Este acogedor e histórico pueblecito está escondido en un rincón del noreste, en Amelia Island. Su principal atractivo son sus kilómetros de tranquilas playas; construcciones históricas como el Palace Saloon –la barra más antigua de Florida en funcionar ininterrumpidamente–; el faro de Amelia Island, el más antiguo del Estado también en funcionar ininterrumpidamente; y el parque estatal Fort Clinch State Park, perfecto para disfrutar del sol, nadar, hacer surf, pescar y montar bicicleta.

WaterColor, por su parte, es un pueblo con brisa de olor a pino y edificios pintorescos. Palmeras, caminos con adoquines, parques y jardines adornan el enclave. Resguardado entre el Golfo de México y un lago costero en el noroeste de Florida, este destino de 200 hectáreas cuenta con un acogedor hotel boutique, lujosas casas de playa y encantadores chalets. Se recomienda hacer hoguera en la playa los sábados por la noche con música y s’mores (sándwich con galletas Graham, una barra de chocolate y malvaviscos tostados) y explorar el lago Western en kayak o en canoa.

La tercera propuesta es Madeira Beach, situada a corta distancia de Clearwater Beach. Este pueblecito tiene un inconfundible sabor a la Florida de antaño y el único calzado que se va a necesitar son unas chancletas. John’s Pass Village y su paseo entablado, al estilo de un pueblo pesquero, es el centro de diversión: perfecto para comer algo, buscar tesoros en sus singulares tiendecitas o disfrutar de entretenimiento en vivo. El pueblecito también brinda una oferta continua de eventos y actividades como cruceros para ver el atardecer y otros para ver los delfines, paravelismo y paseos en moto acuática.

En cuarto lugar está Jensen Beach, situado en la isla Hutchinson en el sureste de Florida y con una peculiar distinción: fue declarada la “capital mundial de las piñas” en 1895. Resguardada entre el Atlántico y la laguna Indian River, la playa es ancha y no está muy desarrollada ni tiene edificios altos. Es un paraíso para los amantes de la naturaleza.

Y, finalmente,  Captiva Island, situada justo al oeste de la playa de Fort Myers en la costa suroeste de Florida, considerada la hermana pequeña de Sanibel. En un paseo por esta diminuta aldea se puede montar en bicicleta, observar las aves, recoger caracoles, practicar deportes acuáticos, saborear un sándwich de mero, entre otras actividades.  

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